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Ourense, Ourense, Spain
Naturópata y terapéuta energética. kaliha-lorena@outlook.com

lunes, 5 de noviembre de 2012

La importancia de los alimentos crudos.

    El consumo de alimentos crudos es la norma universal seguida y respetada por todos los animales.
     No existen alimentos cocinados en la naturaleza, todos ellos son crudos.
 
    Los alimentos que nos proporciona la sabia naturaleza están crudos, no cocinados. Los animales susbsisten en su hábitat natural consumiendo alimentos crudos de origen vegetal o animal; todos ellos poseen un nivel de salud perfecto, salvo que el ser humano deteriore su entorno.
    Existen casi 700.000 especies de animales, y cada una de ellas, excepto el hombre, la especie más desarrollada, vive exclusivamente de alimentos vivos, crudos y orgánicos. Ningún otro animal, excepto el hombre, come alimentos desvitalizados que se han convertido en estructura inorgánica...El hombre es la única especie del reino animal que enferma, con la excepción de algunos animales que tienen su dieta prescrita por el hombre, es decir, los animales domésticos. Están enfermos lo mismo que el hombre, porque el hombre les propociona su alimento y dirige sus hábitos alimenticios en vez de permitirles que seleccionen sus propios alimentos.
    Los alimentos al cocinarlos, al someterlos al calor se rompen, se desenlazan sus enlaces moleculares y se vuelven a configurar de una manera distinta a la original, creando otras sustancias; bien se ve a simple vista que no tiene el mismo aspecto ni textura el mismo alimento en crudo que cocinado. Quien haya estudiado química en el colegio bien sabe que esto es así. Al crearse nuevos enlaces, el alimento resulta extraño para nuestro organismo, no lo reconoce ni puede usar sus principios nutritivos porque han sido completamente alterados y destruidos y no podemos usarlos, no valen para nada y además se han creado sustancias tóxicas. Por ejemplo: la mayor parte de las vitaminas han sido destruidas, la mayor parte de los minerales han sido destruidos y los que quedan se han transformado de orgánicos (como los asimilamos y usamos en nuestro organismo) a inorgánicos (no los podemos usar así, se nos acumulan en forma de cálculos), las enzimas totalmente inactivadas y destruidas, la mayoría de las proteínas desnaturalizadas y las pocas que quedan coaguladas (así no las podemos utilizar), la fibra alterada, las grasas también se alteran convirtiéndose en saturadas (las que eran insaturadas o poliinsaturadas) y en tóxicas... y un largo etc. Y el hecho que más claramente nos indica que sólo el alimento crudo es apto para nosotros, es que el alimento cocinado provoca "leucocitosis digestiva", es decir nuestros glóbulos blancos (nuestro sistema defensivo) ataca y nos defiende de esos alimentos ingeridos, esto quiere decir que lo reconoce como extraño y tóxico; este último hecho es muy importante y acarrea graves problemas a la larga como un desgaste energético importante y un sistema inmune agotado.
    Todos esto está explicado con más detenimiento, punto por punto a continuación.  
    Frutas frescas crudas, frutos secos y verduras suministrarán al cuerpo una superabundancia de vitaminas conocidas y desconocidas, todos los minerales, estudiados y sin estudiar, azúcares completos, grasas fácilmente digeribles, y las proteínas de mayor calidad como también otros factores nutricionales desconocidos que pueden ser que sean descubiertos en el futuro... En las frutas crudas, verduras y frutos secos, o los zumos de estos alimentos, están todos los minerales y vitaminas y un alto grado de proteínas y otras sustancias necesarias para el crecimiento, desarrollo del cuerpo humano para conducirle a un estado de perfección físico, mental y moral y mantenerlo en este estado indefinidamente.
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS DESTRUYE SUS VITAMINAS.
    La pérdida de vitaminas al cocinar los alimentos significa también pérdida de salud.  
    Las vitaminas son fundamentales e imprescindibles para la fisiología de nuestro organismo. Son micronutrientes reguladores de las reacciones metabólicas y actividades del cuerpo. Comparten este trabajo con las hormonas de las secreciones internas y con las diferentes enzimas del cuerpo, en cuyo nomal funcionamiento se basan la salud, el crecimiento, la reproducción e incluso la vida de los organismos. Las vitaminas hacen posible que el cuerpo utilice y asimile las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas y minerales, y además, son esenciales para el crecimiento, regeneración y mantenimiento de la salud.
    Por tanto, un suministro inadecuado de las mismas durante un largo periodo puede provocar un deterioro global de la salud del cuerpo. Una de las principales causas de un consumo inadecuado de vitaminas es cocinar los alimentos que posteriormente se comen. Los alimentos crudos son superiores a los cocinados pues, a parte de otros elementos, conservan un equilibrio de vitaminas en cuanto a cantidad y calidad de las mismas.
    Consumir alimentos crudos significa un correcto suministro de vitaminas y, por consiguiente, un funcionamiento orgánico superior.
    La pérdida de vitaminas al cocinar los alimentos es significativa. Varios ejemplos ilustrarán este punto crucial: las vitaminas hidrosolubles, como las del grupo B y C, se oxidan y entre los 60ºC y los 80ºC pasan al caldo de cocción, a los 100ºC ocurrre los mismo con las vitaminas liposolubles...
    Las vitaminas al ser compuestos orgánicos muy delicados e inestables pueden ser destruidos de muchas formas. Los alimentos que se cocinan y se dejan para la siguiente comida pierden gran parte sino todas sus vitaminas. Los alimentos deshidratados pierden muchas vitaminas en el proceso de secado. Los alimentos enlatados que son cocinados y guardados durante mucho tiempo en las casas para su consumo posterior pierden sus vitaminas.
    Si deseas conseguir todas las vitaminas conocidas y desconocidas de la mejor forma posible en cantidades equilibradas y razonables, el método más seguro y perfecto para lograrlo es sencillo, come alimentos vegetales y crudos, y ¡disfruta de su sabor!
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS DESTRUYE Y ALTERA SUS MINERALES.
    Comer alimentos crudos significa comer minerales orgánicos para que tu organismo pueda funcionar mejor y más tiempo.
 
    Aunque los minerales representan menos del 5% de nuestro cuerpo y un 1% del peso del protoplasma celular, son esenciales para todas las actividades metabólicas del organismo. Su presencia es requerida para mantener la alcalinidad de los fluidos del cuerpo, para la estructura celular, para los procesos curativos y de reparación. Los necesitamos para respirar, para pensar, para regenerarnos, para curarnos, en suma, los necesitamos para vivir.
    Los minerales que podemos asimilar, los orgánicos, se encuentran en el reino vegetal: en las frutas, verduras, frutas secos y semillas. Consumiéndolos crudos tal como nos los ofrece la naturaleza obtendremos la cantidad ideal de minerales orgánicos para nuestro organismo, en la cantidad y forma adecuadas pero si los cocinamos los destruimos y los alteramos.
    Cocer los alimentos es el método que más destruye los minerales. Simplemente mete varias zanahorias en una olla con agua, cuécelas durante 5 minutos, comprobarás que el agua ha adquirido un color anaranjado lo cual indica que gran parte de los nutrientes, incluidos los minerales, han sido disueltos en el agua y ya no los contienen las zanahorias. Por ejemplo: la col hervida pierde el 60% de fósforo y de hierro, las espinacas pierden el 43% de hierro, las patatas hervidas pierden el 9%.
    Según el Journal of Home Economics, Vol.17. Nº5, la pérdida media de minerales por cocer los alimentos es: el 48% de hierro, el 31,9% de calcio, el 46,4% de fósforo, el 44,7% de magnesio, el 50% de minerales en la patata, el 30% de minerales en la zanahoria, el 50% de minerales en la manzana.
    La pérdida será mayor si el alimento previamente ha sido cortado o pelado. Al cortarlo el alimento pierde minerales por oxidación y al cocerlo después tiene menor protección. Muchos alimentos vegetales, especialmente las frutas y las patatas, tienen sus mayores concentraciones de minerales debajo o en la piel, por lo que cuando son pelados gran parte de los minerales se pierden. Además, al quitarles la piel se les priva de una importante protección ante el calor de la cocción.
    Conozcamos las tres formas por las que el alimento cocinado se desmineraliza:
 
- Por precipitación: los minerales del alimento cocinado se precipitan en los propios jugos desprendidos por la acción del calor.
- Por evaporación o volatilización: por la acción del calor muchos minerales se volatilizan. Basta con percibir los olores desprendidos por el alimento cocinado para darnos cuenta que está sufriendo pérdida de nutrientes.
- Por alteración química: la gran mayoría de los minerales contenidos en los alimentos cambian su estructura molecular orgánica a inorgánica cuando son cocinados, convirtiéndose biológicamente en tóxicos para el organismo. Nuestras células únicamente asimilan los minerales orgánicos, es decir, los transformados por las plantas. No somos comedores de rocas, piedras, clavos, mármol, etc. Solo podemos utilizar aquellos que están en las plantas, en las frutas, en los frutos secos, totalmente crudos.
En las hojas verdes de las plantas, en las frutas, en los frutos secos y semillas tienes todos los minerales conocidos y desconocidos en la mejor forma posible, crudos, orgánicos y equilibrados, de esta forma te nutres de verdad favoreciendo el correcto y eficiente uso y funcionamiento de tu cuerpo.
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS DESTRUYE Y COAGULA SUS PROTEÍNAS.
    Es prácticamente imposible obtener proteínas sanas de los alimentos cocinados.
 
    Como otros nutrientes, las proteínas sufren enormemente cuando son sometidas al calor. No solamente son destruidos sus elementos vitales, como son todos sus aminoácidos, si no que además sufre tal alteración química que su digestibilidad es muy complicada para el cuerpo. Cocinar los alimentos supone deteriorar y destruir sus proteínas. La mayoría de las personas que creen que consiguen proteína de "gran calidad" al consumir un "buen" filete o un pescado frito, deberían saber que el 50% de la proteína de estos alimentos es destruida por el calor y gran parte de la que queda es coagulada siendo de esta forma inutilizable. Deberían comer la carne y el pescado crudos para digerirlos mejor, idea que resulta horripilante para los humanos y además tampoco la digeriríamos bien porque no tenemos la suficiente capacidad digestiva (ácido clorhídrico y pepsina) para digerirla correctamente, datos que indican claramente que nosotros no somos comedores de carne ni pescado: somos frugívoros por naturaleza.
    Las consecuencias más importantes de someter a las proteínas a la acción del calor son las siguientes:
- Desaminación (formación de amoníaco): las moléculas de las proteínas contienen varios grupos aminas NH3. Al cocinar las proteínas y especialmente con agua, dichos grupos son sustituidos por un grupo hidroxilo -OH. El grupo hidroxilo no puede ser remplazado de nuevo por el grupo NH3 debido a algunos mecanismos presentes en el cuerpo humano. Esto es lo que hace que la proteína cocinada sea inutilizable. Por ejemplo, al hervir la carne encontraréis amoniaco en el caldo, es decir, auténtica orina.
- Coagulación de las proteínas: a partir de 70ºC la gran mayoría de las proteínas se coagulan o endurecen formándose enlaces moleculares resistentes a la acción de los enzimas digestivas que no pueden descomponerlas en aminoácidos, siendo por tanto, inutilizables y tóxicas.
- Destrucción de las proteínas: las proteínas son destruidas al someterlas al calor. Por ejmplo, la col hervida ha perdido el 62% de sus proteínas. Los alimentos cárnicos al cocinarlos pueden llegar a perder más del 50% de sus proteínas.
- Putrefacción de las proteínas: calentar las proteínas altera su composición molecular por lo que las hace más propensas a la putrefacción en los intestinos. Este tipo de deterioro, si se prolonga durante años debido al consumo indebido de las proteínas, puede conducir a graves desórdenes orgánicos en la persona.
- Indigestibilidad de las proteínas: las proteínas están formadas por complejas moléculas denominándose macromoleculares (moléculas gigantes). Su digestión es muy díficil y complicada para el ser humano. Cuando son sometidas al calor su digestibilidad disminuye considerablemente pudiendo pudrirse en los intestinos, contaminando toda la economía.
    Comer los alimentos vegetales crudos facilita la digestión de sus proteínas porque están intactas tal como las ha producido la planta, descomponiéndolas el organismo en sus constituyentes básicos: los aminoácidos. Es importante recordar que el cuerpo no utiliza las proteínas tal como se presentan en los alimentos, sino que tiene que descomponerlas para obtener sus aminoácidos correspondientes para después fabricar el mismo sus propias proteínas.
    Las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas comestibles en su estado crudo y natural nos suministran los mejores aminoácidos posibles para su posterior conversión a proteínas por parte de nuestro organismo.
    Los alimentos vegetales crudos tienen sus proteínas (aminoácidos) intactas lo cual facilita notablemente su posterior digestión y disminuye al propio organismo la necesidad de las mismas.
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS ALTERA SUS GRASAS Y LAS CONVIERTE EN VENENOS.
    Los alimentos vegetales crudos suministran la mejor grasa para tu organismo.
 
    La naturaleza pone muy poca grasa en los alimentos ideales para el ser humano: las frutas; esto debería decirnos algo. Las grasas son necesarias porque son responsables del equilibrio orgánico de los procesos metabólicos que afectan al sistema nervioso pero, sin embargo, necesitamos muy pocas para subsistir. Nuestro cuerpo es capaz de producir los lípidos (grasas) que requiere salvo ciertos cuerpos grasos., tal como el ácido linoléico (presente en frutos secos, semillas y aguacate principalmente), a partir de los hidratos de carbono y proteínas.
    Las grasas al ser calentadas perjudican muy seriamente la salud del cuerpo. Los alimentos cargados de grasas como por ejemplo los alimentos animales que tienen más de un 35%, son los más afectados de todos. Veamos las consecuencias más comunes de calentar las grasas de los alimentos:
- Son alteradas químicamente convirtiéndose en auténticos venenos. La aplicación de calor en las grasas las descompone en ácidos grasos que no son asimilables y posteriormente se forma "acroleína" un terrible veneno. Estas sustancias resultantes actúan como carcinógenos.
- Las grasas no saturadas se saturan, es decir los ácidos grasos insaturados y poliinsaturados (los buenos y necesarios para nuestro organismo) se saturan (los más perjudiciales). Las grasas saturadas no son asimilables y provocan que el hígado fabrique más colesterol del necesario acumulándose en las arterias, perjudicando tremendamente la circulacion sanguínea pudiendo ocasionar con el tiempo enfermedades coronarias. Al calentar las grasas las convertimos en saturadas si no lo son.
    Los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados se encuentran en productos vegetales y las saturadas en la carne.
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS DESTRUYE SUS ENZIMAS.
    Cualquier tipo de tratamiento en la cocina que caliente el alimento destruye el 100% de sus enzimas. 
    Las enzimas, como catalizadores, juegan un papel muy importante en la digestión de los hidratos de carbono, proteínas y grasas a través del tracto digestivo. Las enzimas, además, son necesarias para la realización de casi todas las reacciones bioquímicas que se dan en el organismo y sin ellas no es posible el metabolismo. Son tan esenciales para nuestra salud que son denominadas agentes de la vida, o como algunos autores citan: `"las enzimas son la vida". ¡Una gota de sangre contiene más de 100.000 enzimas!
    Existen "enzimas endógenas" que el mismo cuerpo fabrica; y existen también "enzimas exógenas" que contienen los alimentos crudos y que les sirven para que maduren y facilitar enormemente su digestión en el cuerpo.
    Cuando comemos los alimentos crudos sus enzimas están intactas y las digerimos junto a los otros nutrientes. Nuestro organismo tiene la habilidad de fabricar sus propias enzimas celulares de los nutrientes transportados a las células. Por tanto, si suministramos a nuestro cuerpo cantidades adecuadas de alimentos crudos, mejor los digeriremos y mejor nutridos estaremos, mejorando nuestra salud global. Sin embargo, cuando comemos los alimentos cocinados proporcionamos a nuestro organismo menos nutrientes y de peor calidad para que produzca sus propias enzimas y teniendo en cuenta las funciones vitales que desempeñan dentro de la economía, es fácil deducir el grave deterioro que sufre nuestra salud, disminuyendo notablemente nuestra propia longevidad y calidad de vida.
    El calor altera tanto las enzimas del alimento que a los 60ºC se vuelven inactivas y a los 100ºC están completamente destruidas.
 
    COCINAR LOS ALIMENTOS DESTRUYE SU FIBRA.
    Si el alimento está intacto, es decir, crudo, entero y sin alterar, como lo consumen los animales en la naturaleza, ocasionará la secreción de más jugos digestivos que si el alimento ha sido separado de su contenido en fibra o ésta ha sido dañada. Cuando la fibra natural toca las paredes del estómago ocasiona mayores secreciones gástricas.
    La fibra está compuesta por celulosa, un polisacárido que contiene miles de moléculas de glucosa. Es el componente de la estructura de las células de las plantas. Solamente puede ser digerida por animales herbívoros. Nosotros no tenemos las enzimas necesarias para descomponerla. Sin embargo, la fibra desempeña un papel importante en la nutrición humana y en la salud.
    La fibra añade volumen y humedad a las heces y las mantiene blandas. Actúa como una escoba en los intestinos, arrastrando los desechos rápidamente para ser eliminados. Las heces de las personas que comen dietas bajas en fibra tienden a ser más duras, más secas y más pequeñas que las heces de las personas que comen dietas altas en fibra.
    Los únicos alimentos que contiene fibra son los vegetales: las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas tienen abundante fibra. Normalmente tardan unas 24 horas en recorrer todo el tracto gastrointestinal. Sin embargo, cuando estos mismos alimentos se consumen cocinados, la estructura de su fibra se altera y no puede funcionar para estimular la acción peristáltica de las paredes del tracto digestivo. La consecuencia de ello es que se retarda enormemente su paso por todo el tracto, de 48 a 72 horas; durante ese tiempo sus azúcares fermentan, las proteínas se pudren y las grasas se enracian envenenando al organismo.
    Por tanto, la conclusión es clara, la fibra es necesaria, los únicos alimentos que la contienen son los vegetales que deben consumirse crudos para que la estructura de la fibra esté intacta y sea útil para el propio organismo.
 
    COCINAR ALIMENTOS RETARDA Y PERTURBA SU DIGESTIÓN.
    Si un alimento tiene que se cocinado para mejorar su sabor y para que sea digestible, no es un alimento ideal para el ser humano. 
    Las personas que comen alimentos cocinados no los mastican adecuadamente. Si además están húmedos, mojados, da la impresión que hay que tragarlos sin masticar. Esta masticación breve e inadecuada interfiere con los procesos digestivos pues el organismo no tiene el tiempo suficiente para prepararse a recibir el alimento y segregar los jugos digestivos, las enzimas especializadas para descomponerlo adecuadamente. Por otro lado, al consumir los alimentos crudos hay suficiente tiempo para que todo el tracto digestivo se prepare perfectamente para digerirlos. Por ejemplo, la col cruda se digiere en dos horas, cocinada se necesitan cuatro.
    Este retraso para digerir los alimentos cocinados puede provocar que se descompongan y las bacterias actúen sobre ellos. Los alimentos cocinados altos en hidratos de carbono como los vegetales, fermentarán intoxicando al organismo con sustancias como varios tipos de alcohol (algunos de ellos más virulentos que el alcohol ordinario encontrado en el vino, cervezas, whisky, licores), ácido acético (vinagre) y dióxido de carbono. Los alimentos cocinados altos en proteínas como los frutos secos, semillas y animales sufrirán putrefacción intoxicando al organismo con sustancias muy tóxicas e irritantes. Todas estas sustancias resultantes de la fermentación irritan e inflaman el estómago perturbando la digestión de todos los alimentos.
    Este retraso en digerir el alimento cocinado y su posible descomposición en sustancias muy tóxicas provoca una pérdida importante de energía vital al organismo. Con el paso del tiempo puede suponer un aumento considerable de toxicidad, abriendo las puertas primero a la enfermedad aguda, y después, si se persiste en este tipo de dieta, a la enfermedad crónica. La persona pierde capacidad para digerir cualquier alimento. No se nutre. Entra en una fase de autointoxicación y degeneración orgánica.
 
    CONSUMIR ALIMENTOS COCINADOS DETERIORA LA SALUD DENTAL.
    Si se desea mantener una dentadura sana es necesario consumir una dieta de alimentos vegetales crudos.
 
    Consumir con frecuencia una dieta de alimentos cocinados provocará problemas dentales durante toda la vida. A la gran mayoría de las personas que han consumido durante 50 años este tipo de dieta les falta gran parte de sus dientes y los que les quedan están deteriorados. Los animales en la naturaleza consumen alimentos crudos y poseen una dentadura perfecta, es decir, sana y fuerte. En la naturaleza no hay dentistas ni hospitales, únicamente, y es lo esencial, existen seres que cumplen las leyes naturales y como consecuencia lógica poseen una salud auténtica y radiante.
    Veamos las razones por las que los alimentos cocinados pueden influir negativamente en la salud de los dientes:
- Los alimentos cocinados son deficientes. Los nutrientes esenciales para mantener una salud dental adecuada faltan o están desequilibrados en los alimentos cocinados.
- Los alimentos cocinados más comunes (las proteínas animales, azúcar refinada y cereales) dejan residuos ácidos en su metabolismo. Nuestro organismo neutraliza los ácidos con minerales alcalinos, principalmente con el calcio. Como el 99% del calcio se encuentra en los dientes y los huesos, con el paso del tiempo estas estructuras se quedan porosas, ocasionando caries en los dientes.
- Fermentación de los alimentos cocinados en la boca. Los alimentos cocinados atrapados en la boca fermentan rápidamente y forman una placa pudiendo causar caries.
- Daño al esmalte de los dientes por los alimentos cocinados calientes. La masticación de alimentos calientes puede causar pequeñas "lesiones" (como marcas) en el esmalte de los dientes, pudiendo resultar en caries.
- Los alimentos cocinados privan de ejercicio vital a toda la dentadura. Los alimentos cocinados privan de importante ejercicio a los dientes y sus encías. Pudiendo dar lugar a enfermedades dentales.

 
    CONSUMIR ALIMENTOS COCINADOS DEBILITA LOS MÚSCULOS FACIALES.
    Al consumir alimentos crudos nos vemos obligados/as a ejercitar los músculos faciales, los dientes, la lengua y las encías.
 
    Los alimentos crudos requieren una masticación minuciosa, lo que implica el ejercicio muscular vigoroso de todas las partes de la cara, boca, incluida la lengua, y todos los tejidos linfáticos. En cambio, los alimentos cocinados están tan blandos y se tragan rápidamente sin ser masticados minuciosamente.
    Cuando consumimos los alimentos crudos los masticamos una y otra vez, las glándulas salivares segregan saliva a raudales, los dientes se limpian, las encías, las membranas y las miles de fibras musculares de la cara participan directamente en este proceso, fortaleciéndose, retienen su elasticidad y su tono, permaneciendo de esta forma jóvenes, sanos y sin arrugas en la cara.
    Los músculos que no se ejercitan adecuadamente se debilitan, se convierten en flácidos y blandos, pudiendo llegar a atrofiarse si no son ejercitados durante un periodo largo de tiempo. Los músculos faciales no son la excepción a esta norma. Muchas personas tiene sus caras envejecidas, con arrugas debido a que durante mucho tiempo han estado consumiendo alimentos cocinados que tragan rápidamente sin masticarlos adecuadamente (hay otras causas que provocan el envejecimiento de la cara como consumir alimentos animales, fumar, drogarse, estados depresivos frecuentes). Por tanto, rara vez, ejercitan suficientemente los músculos faciales.
    Los animales en su estado natural no tienen arrugas, mantienen durante toda su vida un rostro sano, fuerte y elástico. Consumen los alimentos crudos. Todo el mundo conoce esto pero pocos la ponen en práctica. Saber no es suficiente, es necesario hacer para aprender y evolucionar.
 
    LOS ALIMENTOS COCINADOS SON DEFICIENTES EN AGUA.
    TU DIETA DEBERÍA CONSISTIR EN UN 70% DE AGUA. UNA DIETA DE 40-50% DE AGUA ES MUY PERJUDICIAL PARA TU SALUD.
 
    Próximo al oxígeno, el agua es el factor más importante para la supervivencia del hombre y los animales. Una persona puede estar sin alimento durante 5 semanas o más pero sin agua puede sobrevivir durante sólo unos pocos días.
    El agua es esencial para vivir. Algunos vegetales están formados por más del 90% de agua. Tú estás formado por un 70% de agua. Puedes perder el 50% de glucosa, puedes perder el 50% de tu grasa, puedes perder el 50% de tu proteína, ¡pero solamente puedes perder el 20% de tu agua corporal!.
    Tu cuerpo necesita agua para todo: para respirar, para digerir los alimentos, para transportar los nutrientes a todas las células del cuerpo, para transportar los desechos y toxinas a los órganos de eliminación, para la regulación de la temperatura, para mantener blandas y lubricadas las membranas,  etc.
    Teniendo en cuenta la máxima importancia que tiene el agua para poder vivir es sensato elegir aquellos alimentos que contienen más agua, es decir, y no hay que pensar demasiado, los alimentos vegetales crudos. Cuando cocinamos los alimentos pierden una cantidad enorme de agua por la acción del calor. Esto se manifiesta porque bebemos agua adicional en la comida. En cambio, si los comemos crudos nos nutren y nos proveen de abundante agua.
 
    LOS ALIMENTOS COCINADOS ESTÁN FRAGMENTADOS.
    Los alimentos cocinados, al faltarles nutrientes, provocan que consumamos cantidades excesivas de los mismos, promoviendo la obesidad. 
    Cuando cocinamos los alimentos, los fragmentamos, es decir, les privamos de nutrientes por la acción del calor. Cuando después los consumimos nos nutren deficientemente y por eso comemos demasiada cantidad para saciarnos. Por ejemplo, si intentamos saciarnos con alcachofas crudas, 400 a 500 gramos serán suficientes; pero ablandadas y fragmentadas por la cocción, necesitaremos el doble de alcachofas. Unas cuatro naranjas crudas serán suficientes para nutrirnos y sentirnos llenos pero cocinadas comeremos demasiadas. Nuestro organismo tiene unas necesidades limitadas de nutrientes, todo lo que exceda eso es tóxico y debe eliminarlo, si no puede hacerlo por falta de energía vital, lo acumula y se puede aumentar de peso. Con el paso del tiempo puede resultar en obesidad u otros problemas orgánicos graves.
    Comer excesivamente es el camino directo a la obesidad. Sobrecargamos nuestros órganos digestivos y excretores, malgastamos nuestras energías, nos intoxicamos. Los alimentos cocinados son los mejores en este apartado, pues no sólo están fragmentados si no que además son aliñados, mezclados con grasa frita, acentuando aún más la posibilidad del aumento anormal del peso corporal.
    Nuestras células detectan que los alimentos cocinados no las nutren y nos dicen: "Oye, amigo mío, ¿cuándo nos vas a dar de comer? Por favor, vuelve a tragar que tenemos hambre". Y, por supuesto, la persona las hace caso y continúa consumiendo alimentos fragmentados como son los cocinados.
Haz una prueba. Elige tu alimento vegetal preferido (animal no, pues no creo sinceramente que lo comieras crudo). Un día lo comes crudo y anotas la cantidad que has consumido hasta saciarte. Al día siguiente lo cocinas y lo consumes hasta quedar satisfecho/a, comprobarás que este día la cantidad ha aumentado enormemente, ¡tus células estaban hambrientas!.
 
    LOS ALIMENTOS COCINADOS TIENEN ALQUITRÁN Y PARTÍCULAS DE LOS UTENSILIOS UTILIZADOS PARA SU PREPARACIÓN.
     Los alimentos crudos están ya preparados e intactos para su consumo. 
    Los alquitranes son sustancias complejas. Su principal característica es que son muy irritantes pudiendo causar tumores y cánceres en el cuerpo. Las personas que viven en las ciudades respiran humo contaminado lleno de alquitrán como al fumar, pudiendo contribuir al desarrollo de cáncer en los pulmones.
    Los alquitranes proceden de muchas fuentes. Una de ellas es al cocinar los alimentos. Cualquier compuesto orgánico sometido a bastante calor, como los alimentos fritos, tostados y asados, sufre descomposición con la formación del alquitrán negro. El alquitrán se forma en el café al tostarlo; se forma en los cereales, judías y frutas al asarlos. Las personas que consumen alimentos cocinados introducen alquitrán en su organismo como lo hacen los fumadores en su boca, garganta, pulmones y sangre.
    La gran mayoría de los utensilios de cocina que se utilizan para preparar los alimentos liberan partículas tóxicas de metal, plástico y de pintura que quedan sobre y dentro de los alimentos cocinados intoxicando a la persona que los consume. Pequeñas partículas de hierro, cobre, aluminio, pintura esmaltada, níquel, plomo, etc., son liberadas por los utensilios siendo su destino final al organismo del consumidor. La enfermedad crónica llamada Alzheimer ha sido relacionada repetidas veces con estas sustancias tóxicas liberadas de los utensilios de cocina. Además, es importante apuntar que a nuestro cuerpo le cuesta mucho expulsar de su economía las sustancias metálicas por lo que muchas veces no le queda otro remedio que acumularlas en su interior. Cuando la persona mejora verdaderamente su estilo de vida puede suceder que en algún momento del proceso de mejoramiento orgánico, su cuerpo elimine los metales acumulados teniendo un mal sabor de boca, la lengua coloreada, manchas en la piel, orina oscura, etc., ¡son signos y síntomas de eliminación!.
 
    LOS ALIMENTOS COCINADOS TE QUITAN TIEMPO Y DINERO.

    Una dieta cruda ahorra tiempo, trabajo y dinero. Se estima que una dieta cruda comparada con una dieta de alimentos cocinados requiere la mitad de alimentos para sostener la vida. La digestibilidad de los alimentos no aumenta por cocinar sino que sus valores nutricionales se reducen ampliamente. Los alimentos cocinados no nutren tan bien como los crudos. Es imposible nutrir al cuerpo con una dieta exclusivamente de alimentos cocinados... El que vive de alimentos crudos puede, por tanto, vivir más barato y al mismo tiempo mejor.

         Extracto de: No <<cocines>> tu salud (por José Manuel casado Sierra. Ed. Higea).


    LA LEUCOCITOSIS DIGESTIVA ES LA MAYOR PRUEBA DE QUE SÓLO EL ALIMENTO CRUDO ES PERFECTO PARA EL SER HUMANO.
                                (El crudivorismo puede salvar tu vida. Marc Ams).

    <<Leucocitosis>> es el nombre que la patología médica da al número excesivo de glóbulos blancos en la sangre. Los médicos descubrieron este fenómeno en 1846 y Wirchow lo clasificó <<leucocitosis digestiva>>, como "normal", puesto que todo el mundo parecía sufrir de ella. Esto fue rechazado hace ya más de tres décadas por los descubrimientos de Paul Kouchakoff, M.D., quien mostró que el alimento en su forma natural, no cocinado, no originaba la leucocitosis, o, definitavemente, el alimento cocinado era la causa de esta enfermedad.
    Los leucocitos forman parte del sistema inmunológico, es una de las defensas del organismo y de la sangre que previene la infección y la intoxicación de la misma. En cualquier estado patológico, incluyendo la intoxicación del sistema digestivo por medio de alimentos cocinados u otros materiales tóxicos, estas células blancas aumentan de 5 a 6.000 por milímetro cúbico a 7, 8 o 9.000 por milímetro cúbico. El doctor Kouchakoff descubrió que se podían dividir sus hallazgos en cuatro grupos distintos, según su reacción en la sangre:

1. Un alimento crudo no produce incremento en células blancas.
2. Alimentos cocinados a presión producen más grave leucocitosis que los alimentos cocinados sin aumentar la presión.
3. Alimentos corrientes cocinados producen la leucocitosis.
4. Los alimentos manufacturados son los más dañinos tales como el vino, el vinagre procesado, azúcar blanco, jamón.

    Kouchakoff no era vegetariano. Con todo, sus descubrimientos mostraron que para evitar la leucocitosis, la carne fresca debería ser ingerida cruda, cosa que es desagradable para el ser humano. La carne preparada o procesada (cocinada, ahumada, salada) producía las reacciones más violentas, equivalentes al grado de leucocitosis puesto de manifiesto en un envenenamiento. Este descubrimiento de la incrementada actividad de los fagocitos -los carroñeros de la sangre- después de ingerir alimentos cocinados o procesados, hacen claro el hecho del porqué se obtiene una cura rápida de los padecimientos agudos y crónicos con una dieta de alimentos crudos, por la simple reducción de la tremenda carga de sustancias tóxicas que la sangre tiene que soportar, junto con la gran economía de energía vital que tiene lugar.
    Las temperaturas críticas a las cuales el alimento se convierte en "patológico", produciendo síntomas de leucocitosis, varían de un alimento a otro: por ejemplo, las zanahorias a 95ºC, las patatas a 92ºC, etc.
    Pero lo más importante es que Kouchakoff halló que una dieta de predominio en alimentos crudos compensaba los efectos adversos de pequeñas cantidades de alimentos cocinados, de tal manera que no producen la leucocitosis. La mayoría de las personas pueden tolerar una dieta a base de un 80% de alimentos crudos naturales con un 20% de alimentos cocinados en forma de tubérculos al horno, pan dextrinado y cereales, etc., aunque con fines curativos y regenerativos es necesario e ineludible adoptar una dieta totalmente crudívora el tiempo que sea necesario.
    Las experiencias científicas del Dr. P. Kouchakoff demostraron que los alimentos cocinados por encima de los 100ºC suscitaban la leucocitosis digestiva con multiplicación en la sangre del número de leucocitos (glóbulos blancos), únicamente porque consumir alimentos cocinados es anormal y antifisiológico, pero por suerte la leucocitosis es reversible en las horas siguientes... siempre que los alimentos no sean demasiado tóxicos. Es importante que comprendas que TODO AUMENTO DE LA TASA DE LEUCOCITOS EN LA SANGRE INDICA UN ESTADO DE DEFENSA CONTRA UN INVASOR, CONTRA UN VENENO O UN TÓXICO. Piensa en que este estado de defensa por parte del organismo sólo tiene lugar frente al alimento cocinado y no en el crudo. Medita sobre el gran desgaste de energía vital y el sacrificio de millares y millares de leucocitos inútilmente derrochados día tras día y comida tras comida... ¿Existe alguna duda acerca de cómo esta situación conduce a un agotamiento temprano y a una vejez prematura?.
    Todo ocurre de hecho porque el alimento cocinado es recibido en el acto como un cuerpo extraño y por lo tanto provoca una respuesta inmediata de los anticuerpos leucocitarios. En casos de comestibles verdaderamente tóxicos "los macrófagos" en primera línea de defensa tratan de absorber (por fagocitosis) las moléculas peligrosas como si se tratase de microbios o virus. Los linfocitos intervienen después para el transporte de los elementos nutritivos recuperables, su oxidación, su utilización por el metabolismo y su eliminación final.
    Toda temperatura superior a la de la ebullición del agua (100ºC según la altitud o presión atmosférica) basta para desencadenar la reacción de hiperleucocitosis. Un hecho interesante a considerar es que por debajo de la temperatura de ebullición, la temperatura máxima de insensibilidad de cada alimento varía entre 87ºC y 97ºC con todas las condiciones iguales. Calentado al baño María (hasta 87ºC) ningún alimento sano provoca un fenómeno leucocitario, lo que no quiere decir que sea todavía perfecto puesto que sí habrá un detrimento de las enzimas, vitaminas, etc. Aunque las enzimas sean destruidas a partir de los 60ºC aproximadamente, la materia orgánica conserva algunas propiedades que, según el análisis efectuado por el organismo, le permite ser digerida sin movilización leucocitaria general. Parece no obstante que desde la temperatura específica máxima tal como Kouchakoff la ha medido, el alimento está "muerto", es decir, degradado de su estado orgánico al de mineral.
    Hemos de considerar que la mezcla de alimentos crudos con alimentos cocidos permite disminuir en general la reacción leucocitaria. Pero para que el alimento crudo pueda neutralizar al alimento cocido, la temperatura crítica del primero debe ser superior o igual a la del segundo. Así, por ejemplo, un plátano (89ºC) crudo neutraliza coles (89ºC) cocidas, y una manzana cruda (92ºC) neutraliza un plátano cocido (89ºC); mientras que un plátano crudo no evitará la leucocitosis de una manzana cocida...¡ni aún en la proporción de tres plátanos crudos para media manzana cocida!. A la hora de ponerlo en práctica no es ningun problema porque teniendo en cuenta que, en general, los vegetales (fruta, verdura, hortalizas, raíces,...) tienen su temperatura crítica más alta que la de los alimentos que se tienen que cocinar (cereales, legumbres, tubérculos como la patata...), incorporando una ensalada abundante en la comida del mediodía y otra en la de la cena, está el problema resuelto. PERO SI LOS ALIMENTOS HAN SIDO CALENTADOS BAJO UNA PRESIÓN SUPERIOR A LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA (OLLAS A PRESIÓN) YA NO PUEDEN MÁS SER CORREGIDOS POR LOS PRODUCTOS CRUDOS. Lo mismo ocurre con las conservas.
    Los productos habiendo sufrido manipulaciones industriales (refinamientos, esterilización...), particularmente el azúcar, las harinas blancas, leche, etc., no pueden ser consumidos sin provocar una reacción leucocitaria, y un sólo producto crudo con uno de estos comestibles no evita esta reacción. Pero la mayoría de lo que consideramos alimentos sanos y aceptables por el régimen higienista pueden ser corregidos en este sentido si se acompañan de abundante alimento crudo, sobre todo si han sido preparados con el máximo cuidado posible para no destruir sus principios nutritivos en demasía.
    Es importante resaltar que si los alimentos crudos necesarios son ingeridos inmediatamente antes o después que el alimento cocido, tal cual como se hace con las ensaladas o las frutas, la leucocitosis se produce de todas maneras y dura dos horas más o menos. Para corregir este efecto es necesario que el alimento crudo y cocinado sean consumidos a la vez, es decir, que la mezcla debe ser simultánea y efectuada en la boca. Pero los alimentos recalentados o demasiado cocidos siguen siendo capaces de provocar este fenómeno.
    El jugo de un alimento crudo no puede corregir la acción leucocitaria de un alimento cocido. Ciertas bacterias no percibidas como patógenas por el organismo y que se multiplican en un alimento previamente cocido pueden <<reanimarlo>> y hacerle perder así su propiedad leucocitaria: es es caso del yogurt, el kéfir y todos los alimentos fermentados como el chucrut (col fermentada), miso, etc.
    La conclusión del doctor Kouchakoff es que la modificación de la fórmula sanguínea (cuantitativa y cualitativamente) obserbada después de cada comida cocida debe ser considerada como un "fenómeno patológico". Esto demuestra que el organismo entra en situación de defensa y de combate porque estas sustancias muertas no pueden ser normalmente asimiladas. Incluso si la hiperleucocitosis desaparece después de más o menos dos horas, y aunque no se sienta ningún dolor ni otro signo particular, es evidente que ha habido una "tentativa de rechazo y de neutralización" contra ese alimento, con todo el derroche que implica la correspondiente energía utilizada para ello, además de la perturbación que supone para el resto del cuerpo el ser irrigado durante horas por una sangre completamente modificada, en "estado de alerta"; y por último la formación de residuos tóxicos a eliminar por el hígado, o, si el caso lo requiere, por el vómito, la diarrea o una fiebre de oxidación.
    El reconocimiento y el rechazo de los elementos extraños al organismo es muy rápido, como en el caso de todo veneno: basta con esperar tres o cinco minutos para constatar clínicamente la leucocitosis. No se trata por consiguiente de una formación de leucocitos, sino de una movilización casi inmediata de todos los que se encuentran repartidos en los tejidos a la espera de alguna eventual agresión. Imaginar lo que supone para el organismo luchar esta batalla contra el alimento muerto varias veces al día en el interior de nuestro sistema como campo de batalla... una vez llegado a este punto el doctor Kouchakoff continuó con sus experiencias, y el único modo de hacerlo era aplicar a la dieta estos principios. De modo de Kouchakoff siguió personalmente un régimen conforme a sus descubrimientos, en el cual no tuvo que incluir agua u otros líquidos, pues los productos frescos y crudos cubrían sus necesidades hídricas. Y aunque el doctro Kouchakoff no bebió durante su régimen, su eliminación urinaria ascendió a 1.480 cc en relación con los 1.100 cc que eliminaba anteriormente cuando bebía hasta dos litros de líquido además de los alimentos cocinados cada 24 horas. El índice de su ácido úrico después de 15 días del nuevo régimen había bajado hasta la mitad (de 0,84 a 0,48) lo que demuestra que nuestra alimentación convencional es irracional y que los intercambios dentro de las células son anormales. Su urea pasó de 0,39 a 0,18... TODOS LOS EXÁMENES MORFÓLOGICOS DE LA SANGRE HAN DEMOSTRADO DESPUÉS DE UN RÉGIMEN CRUDO UNA NETA TENDENCIA HACIA LA NORMALIZACIÓN.
    Las conclusiones a sacar son evidentes pero no extremas. Se debe uno alimentar básicamente con productos naturales frescos y crudos, pero también se puede uno contentar cocinando hasta un 25% de su alimento, siempre que éste sea no tóxico o hipotóxico. Procurando que al cocinar los mismos no se sobrepase en demasía la temperatura crítica (al vapor o al baño María, o al horno, pero desde luego nunca fritos), y evitando cocinarlos por demasiado tiempo. LO QUE SÍ ES IMPORTANTE ES QUE SIEMPRE SE CONSUMA EL DOBLE DE ALIMENTO CRUDO QUE DE COCINADO EN CADA COMIDA, esto compensa la leucocitosis pero no obstante no excluye otras degradaciones del alimento, como las pérdidas enzimáticas y las vitamínicas, no reveladas por el citodiagnóstico del doctor Kouchakoff.

    Algunos principios de higiene en la cocina deben ser aprendidos para evitar la hiperleucocitosis cuando debemos absorber alimentos cocidos o industrializados: añadir limón o vinagre de sidra o plantas aromáticas como la menta o el tomillo, o miel cruda al agua, pero ningún azucar. Jugos recién licuados de frutas y vegetales, puros o rebajados con agua destilada son la mejor bebida. Cuando un alimento es cocinado nunca se debe ingerir caliente sino que hay que esperar a que adquiera la temperatura del cuerpo para ingerirlo. Tampoco se deben dejar las comidas cocinadas sobrantes para una comida posterior. El pan debe ser integral y elaborado con levadura natural. La mantequilla debe ser cruda. Los huevos deben ser fértiles y lo más frescos posible, lo ideal en ingerirlos crudos o ligeramente pasados por agua, o en todo caso duros o en tortilla pero nunca fritos. Los aceites deben ser prensados en frío y sin refinar. La miel también debe ser cruda. Las verduras crudas deben ser ralladas en el último momento. Al igual que las ensaladas que pueden completar el alimento cocido, deben ser ingeridas al mismo tiempo, es decir, bocado de uno y bocado de otro, para permitirles así ejercer sus efectos correctivos sobre los alimentos cocinados. El doctor Kouchakoff aconseja consumir la carne cruda, pero nosotros somos partidarios de suprimirla o en todo caso limitarse al pescado blanco y las aves. Lo más importante es ingerir siempre el doble de  vegetales o frutas crudos que de alimentos cocinados. El doctor Kouchakoff aconsejaba a aquellos que no podían hacer la dieta a la perfección el hacer al menos una comida al día sin leucocitosis, es decir, totalmente cruda, con el fin de dejar al cuerpo un reposo leucocitario de 12 a 16 horas por día.

                                                     CRUDO vs COCINADO
Diferencia entre crudo y cocinado y cuales son los efectos en nuestro cuerpo al alimentarnos de un modo u otro.
Nota: cuando dice hinchazón de los órganos se refiere a la inflamación.

COCINADO: produce leucocitosis digestiva. No tiene vida. Pierde vitaminas. Pierde minerales. Degrada los ácidos grasos en sustancias nocivas. Pierde esencias aromáticas. Pierde la actividad enzimática. Díficil digestión. Consume energía vital. Produce sueño postpandrial. Inflama las mucosas y es mucógeno. Aumenta las bacterias putrefaccientes en colon.
CRUDO: evita la leucocitosis digestiva. Es un alimento vivo. Posee vitaminas. Tiene minerales. Conserva los ácidos grasos esenciales y no esenciales. Retiene las esencias aromáticas. Conserva la actividad enzimática. Digestión más fácil. Aumenta la energía vital. No produce sueño postandrial. No es mucógeno. Elimina las bacterias putrefaccientes y genera una flora colónica favorable.


    CRUDIVEGANISMO: EN QUÉ CONSISTE Y SUS BENEFICIOS, por Antonio Ortega.
 
                                                              Parte 1/5
                                                              Parte 2/5
                                                              Parte 3/5
                                                              Parte 4/5
                                                              Parte 5/5

2 comentarios:

  1. Los únicos alimentos que contiene fibra son los vegetales: las frutas, las verduras, los frutos secos y las semillas tienen abundante fibra. Normalmente tardan unas 24 horas en recorrer todo el tracto gastrointestinal. Sin embargo, cuando estos mismos alimentos se consumen cocinados, la estructura de su fibra se altera y no puede funcionar para estimular la acción peristáltica de las paredes del tracto digestivo.
    Desnaturalizacion de la fibra

    La consecuencia de ello es que se retarda enormemente su paso por todo el tracto, de 48 a 72 horas; durante ese tiempo sus azúcares fermentan, las proteínas se pudren y las grasas se enracian envenenando al organismo.

    Esto me interesa mucho podrias decirnos la fuente?

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    1. Extracto de la guía informativa NO "COCINES TU SALUD" por J.Manuel Casado Sierra. Ed: Higea

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